El torneo BAM ha sido una experiencia única, es una oportunidad de vivir el baloncesto desde diferentes perspectivas, ya que desde el primer momento hemos estado acompañando a las Selecciones masculina y femenina. En este aspecto ha sido increíble, los jugadores y cuerpo técnico nos hicieron sentir como una parte más de la expedición, sin complejos y sintiéndonos cercanos al grupo. A medida que pasaban los días la convivencia fue mejor y en todo momento se preocuparon de nuestra situación, ya que por desgracia, a veces nuestros horarios eran incompatibles.

En cuanto al arbitraje, la competición se ha desarrollado por los cauces normales de la categoría, ha habido partidos más intensos y competidos pero dentro de la normalidad. El trato con entrenadores y jugadores ha sido muy cordial y cercano. Hemos dirigido 7 (Pedro) y 8 (Raúl) partidos a las diferentes selecciones siendo la sensación muy positiva y que el arbitraje español es muy respetado.

Lo mejor ha sido poder compartir experiencias con los compañeros eslovenos, lo cuales agradecían cualquier información que les facilitábamos sobre nuestras ligas, quedándose muy sorprendidos de la estructura que tenemos en la FEB y los métodos de trabajo arbitrales. Ha sido muy sencillo el arbitraje con ellos ya que hicieron todo lo posible para hacernos sentir cómodos en la pista.

En definitiva, de Eslovenia nos llevamos muy buenos recuerdos, y aunque ha sido duro e intenso, la satisfacción de haber cumplido con el cometido y la amistad de los árbitros con los que hemos conocido hacen que valga la pena el esfuerzo.