Una vez de vuelta del Europeo U16 Femenino celebrado en Matosinhos, os cuento en unas breves líneas mi experiencia. Lo más destacado fue la buena organización y el impresionante ambiente en los partidos que jugaba la selección anfitriona, Portugal. Es alentador ver tal número de seguidores en una competición cadete... y femenina.

Por lo que respecta a mi rutina diaria, tras el desayuno, todos los días una reunión técnica con los árbitros e instructores, posteriormente reunión de los cuatro comisarios para hablar de las designaciones y, cada día, dos partidos en uno de los dos pabellones donde se jugaban los encuentros, el Municipal de Guiföes (o el pequeño, como lo llamábamos todos) y el CDC de Matosinhos (el grande).

Los dos días de descanso entre fase y fase, dos visitas guiadas: el primer día a la parte antigua de Oporto y, el segundo, a la nueva terminal de pasajeros del puerto y a las lonjas de pescado. La verdad es que hubiese estado mejor disponer de más tiempo y de poder realizar la visita a nuestro aire, sin prisas, pudiendo parar a tomar un café o una copita de Oporto, pero bueno, siempre se puede volver de vacaciones.

Por lo que respecta a mis partidos, en la fase final fui designado comisario para los partidos de descenso a la División B y, el último día, para la final entre Portugal y República Checa.

Me vuelvo a casa con un buen sabor. Ha sido una gran experiencia, en la que me he reencontrado o he conocido a gente interesante, y que me sirve para seguir sumando, acumulando vivencias. Gracias a todos los que han hecho posible que sea así.