Un año más he participado en alguno de los campeonatos que todos los veranos organiza FIBA para los jóvenes jugadores. En concreto el U20 masculino y U16 femenino, ambos de división B y disputados respectivamente en Székesfehérvár (Hungría), del 9 al 19 de julio y en Ohrid y Struga (Antigua República Yugoslava de Macedonia) donde me encuentro actualmente y que se disputa del 13 al 23 de agosto.

En esta categoría compiten los equipos que no han logrado plaza para disputar la división A y que por su tradición o nivel baloncestístico optan por la división B en lugar de la C, existiendo en la primera fase bastante diferencia técnica entre los equipos que componen los distintos grupos. Posteriormente quedan definidos los 8 equipos que lucharán por las 3 primeras plazas para el ascenso a división A la próxima temporada y el resto de equipos que compiten por la mejor clasificación posible, ya que no hay descensos o ascensos entre las divisiones B y C.

Se trata de una buena oportunidad de encontrarme con compañeros de países que normalmente compiten en esta categoría con los que no suelo estar a menudo, al actuar normalmente como árbitro acompañante de los distintos equipos de España en división A.

En ambos campeonatos la rutina que hemos seguido es muy similar a la que he visto que han realizado el resto de compañeros durante el verano:

• Activación física antes del desayuno (máximo 30 minutos). Más que un entrenamiento físico se trata de recuperar el cuerpo del esfuerzo realizado el día anterior, siendo además el único momento del día en el que los árbitros estamos juntos.
• Reunión técnica (máximo 45 minutos). Los instructores preparan su exposición en base a lo que hemos realizado en la cancha, reforzando los aspectos positivos y dando pautas para mejorar lo que observan que podría mejorarse.
• Partido diario. Normalmente comemos juntos los miembros del equipo arbitral designado para ese día para comenzar a comentar (de forma informal) algunos aspectos relacionados con el partido.
• Tiempo de asueto: Importante para desconectar un poco del baloncesto y compartir el tiempo con los compañeros, aunque muchas veces aprovechamos también para acudir a los partidos que no nos toca dirigir a ver a los equipos y compañeros.

Aparte de los días de partido solemos tener actividades turísticas programadas en los días libres. En Hungría visitamos Budapest (a unos 70 km de nuestra ciudad) y en ARYM seguramente iremos a Albania, que está muy cerca de las ciudades donde se desarrolla el campeonato.

Tanto el baloncesto como el arbitraje español tienen una gran imagen en Europa, por la importancia de los campeonatos nacionales y los éxitos que los distintos equipos nacionales logran desde hace varios años, por lo que siempre es para mí un orgullo y una responsabilidad representarlo en estos niveles y mostrar un público agradecimiento a las instituciones y personas que hacen posible mi participación en los mismos todos los veranos, también a mi familia y amigos por el sacrificio que supone.

Un saludo para todos los compañeros.

Michel.