Juan Carlos Arteaga cumple el sábado 800 partidos en la Liga Endesa
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31/10/2014
El próximo sábado, en la cancha del MoraBanc Andorra, Juan Carlos Arteaga arbitrará su partido 800 en la Liga Endesa. El colegiado canario reconoce que "no quiero quedarme en ochocientos partidos, quiero más".
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El mejor colegiado de la historia del arbitraje nacional, una distinción que le dedicó la Federación Española el verano pasado, dirige este fin de semana su partido número 800 en la máxima categoría.
El destino ha sido caprichoso y Juan Carlos Arteaga cumplirá su octavo centenario con el duelo entre el MoraBanc Andorra y el Herbalife Gran Canaria. Además, lejos de la fatiga del camino, el árbitro grancanario, próximo a los 51 años de edad, afronta esta conquista, "mirando al futuro y con ganas de más".
"Siento algo de vértigo al mirar atrás. Llevo 26 temporadas en la máxima categoría y siente que he participado de alguna manera en la historia de este deporte. Pero, si bien me empieza a llegar ese momento de hacer balance, ahora tengo ganas de mirar solo hacia adelante. Porque no quiero quedarme en esto", expone el colegiado grancanario que este verano se retiró del arbitraje internacional como el único en la historia en haber participado en tres Mundiales. Ahora entra en un club selecto que lidera José Antonio Martín Bertrán por encima de los 870 encuentros.
Juan Carlos Arteaga debutó en la máxima categoría en la temporada 1988-1989 y ha logrado las más altas cotas en el arbitraje nacional e internacional. Su currículum está sembrado de finales de la ACB, de la Copa del Rey, de Euroliga en la competición de clubes y también de finales de Campeonatos de Europa y Mundiales siempre que los éxitos recientes de la selección española se lo han permitido. "Espero que el destino me permita más", afirma rotundo ahora después de reincorporarse a la competición ACB y con el sueño de la Copa del Rey de Gran Canaria en el horizonte cercano. "Este verano tuve el honor de haber recibido el aplauso de mis vecinos en el Gran Canaria Arena y es una de las cosas que yo más valoro en mi carrera", señaló antes de añadir: "he abandonado el mundo del arbitraje internacional y me siente reconocido y respetado en el baloncesto español tanto en Gran Canaria como fuera".
Arteaga asegura que, con la experiencia acumulada en estos 799 de partidos -además de las citas internacional-, atraviesa un momento en el que realmente disfruta sobre el parqué. "Sería ridículo negarlo", avisa antes de explicar: "me siento inmensamente afortunado por el hecho de haber podido dedicar mi carrera a mi pasión. Mi trabajo es lo que más me gusta. Es mi modo de vida y me siento un elegido. Además, tengo que reconocer que me siento valorado, respetado y siento incluso gratitud al visitar muchas canchas".
Arteaga sostiene que el aplauso es un regalo vedado para los colegiados y, más aun, nunca debe buscarse. "Sería un error", afirma. Sin embargo, al revivir una trayectoria impermeable a las grandes polémicas, se siente, "respetado" en todas las canchas de España. "Quizás es algo que me he ganado", apunta con timidez antes de exponer: "creo que he podido mantener una continuidad en mi rendimiento y siempre he defendido que el único protagonista de este juego es el jugador, por lo que de alguna manera siento haber empatizado con muchas aficiones y ahora en muchas canchas respetan mis decisiones y entienden mis errores".
Ante las dificultades de su profesión, casi siempre en el ojo del huracán, Arteaga defiende conceptos simples. "El árbitro no es transparente pero debe saber cuál es su sitio", señala antes de exponer su receta: "cuando apareces debe ser siempre por necesidad. El problema surge cuando un árbitro llama la atención de manera innecesaria. Cuando lo podía evitar pero insiste en llamar la atención. Ahí surge el error porque los protagonistas son los jugadores y es por ellos por lo que la gente paga para ver baloncesto. Ellos son el espectáculo".
Por último, reconoce que el baloncesto ha cambiado y evolucionado durante las tres décadas en las que ha ejercido al máximo nivel y valora en su carrera el haber sabido "vivir" estos cambios", apunta. "Lo importante no es hacer las cosas bien una vez. El reto consiste en hacerlo bien muchas veces. Ahí es donde reside la excelencia, porque un buen árbitro es bueno cuando lo hace de manera continuada, igual que un jugador", finaliza.
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