Miguel Panadés

“Hacía 28 años que no arbitraba solo” nos reconoce el árbitro canario de 47 años con más de treinta de experiencia. “Era la primera vez que me sucedía algo así y tuvo que ser en un partido televisado” afirma con ironía y a la vez orgullo por haber salido del trance de manera exitosa. Se habla poco de los árbitros y cuando se hace suele ser para cuestionar alguna decisión polémica. Pero en este caso vale la pena relatar la manera en que Francisco Javier Afonso Castillo se hizo cargo de la situación y controló en solitario un partido brillante, de anotación alta, sin ninguna polémica.

¿Cómo reacciona un árbitro en una situación así? Afonso Castillo ordena el protocolo con ese estilo propio de los colegiados: “Lo primero fue interesarme por el estado físico de mi compañero. Me dijo que no podía seguir tras lo cual hablé con los entrenadores para informarles que seguiría yo sólo y pedirles máxima colaboración. Tengo que decir que tanto los dos entrenadores como las jugadoras me facilitaron la labor durante todo el partido”. Y una vez en el partido, añoranza del compañero. “Pues sí. Un solo árbitro es insuficiente en baloncesto senior. Hice más kilómetros durante el partido que nunca en mi vida – bromea – y cuando he visto repetido el partido me veo dando vueltas intentando llegar a todos los ángulos de visión en una tarea imposible porque aún arbitrando dos siempre hay zonas oscuras”.

Satisfacción por haber sacado el partido sin perder el control del mismo e ironía sobre cómo llegó a su casa “extenuado tras el esfuerzo y con cuatro horas de carretera hasta Madrid más el avión de vuelta a Tenerife. Pero bueno, la verdad es que lo importante es que mi compañero ya está mucho mejor y que lo sucedido no deja de ser una anécdota más en mi vida como árbitro”.