PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

La implantación del ascenso directo para el campeón, la nueva línea de 6,75 o la llegada del semicírculo sin carga fueron algunos de los acontecimientos que hicieron de la Adecco Oro una competición pionera. Con el paso de los años, la Liga no ha perdido esa esencia y, una vez más, se adelanta al resto de competiciones en una temporada en la que 11 intrépidas mujeres pelean desde las canchas por romper con los estereotipos del deporte resaltando el papel de la mujer.

En un año récord en el que juntas podrían formar su propia plantilla, estas 11 mujeres realizan un llamamiento silencioso en cada jornada a equipos y aficionados mediante una explosiva combinación de experiencia, iniciativa y juventud.


Susana y Esperanza, pioneras desde el colectivo arbitral:

Valientes y pioneras, de este modo podríamos definir a Susana Gómez y Esperanza Mendoza, dos mujeres que, en los últimos años, se han empeñado en romper con el estereotipo de que el arbitraje es un mundo exclusivo para hombres. Desde el círculo central lanzan el balón al aire en cada encuentro dando comienzo a 40 minutos de reivindicación sobre la cancha.

Susana Gómez (Comité de Murcia):

Hablar de Susana Gómez es hacerlo de la auténtica pionera de la competición. Pese a que se inició en el baloncesto como jugadora, con apenas 17 años comenzaría a dirigir partidos con un silbato del que ya no volvería a separarse. Tras años de trabajo y formación, Susana llegó al Grupo 1 nueve temporadas atrás para estrenarse en una competición en la que demostraría su valía alcanzando el premio más jugoso: la licencia internacional.

La primera mujer árbitro en llegar a la liga tiene claro que en el mundo del arbitraje, la profesión está por encima de todo: “Una vez que saltas a la cancha ya no importa si eres hombre o mujer, desde ese momento eres árbitro y como tal debes sentirte y actuar. Mis compañeros siempre me han ayudado a sentirme aceptada y jamás me he sentido fuera de lugar por mi sexo; es más, recomendaría a cualquier mujer la experiencia de introducirse en el deporte a través del arbitraje”.

Desde su debut en 2001, sus fines de semana se han dedicado en exclusiva a las Ligas FEB y, en especial, a una Adecco Oro que compatibiliza con su profesión -profesora de inglés- y con una vida familiar que comparte con su marido, Luis Miguel Castillo, árbitro de Liga Endesa durante las últimas 5 temporadas y a quien pudimos igualmente ver en la Adecco Oro.


Esperanza María Mendoza (Comité de Extremadura):

Extremeña de nacimiento y salmantina de adopción, Esperanza vive su segunda temporada en una Adecco Oro en la que debutara el pasado curso en un encuentro que nunca olvidará: “Pese a que mi debut en la Liga estaba programado para principios de diciembre en el Barris Nord de Lleida todo se precipitó un poco; una semana antes me avisaron para cubrir la baja de un compañero que se había lesionado y que no iba a poder arbitrar el encuentro entre el Cáceres y el Lobe Huesca. Fue todo muy rápido y apenas tuve tiempo de pensar demasiado; debutaba en mi casa por lo que los nervios eran aún mayor espero la responsabilidad que sientes ante un encuentro te hace centrarte únicamente en lo que sucede sobre la pista”.


A punto de cumplir su primer año en la competición, y una vez superados sus 10 primeros encuentros, Esperanza hace balance de una Liga que le ha sorprendido por su respeto y profesionalidad hacia los colegiados: “Una de las cosas que me ha sorprendido de la Adecco Oro es el respeto que se tiene hacia los árbitros del Grupo 1. En todos los partidos hay momentos tensos y protestas,pero por norma general tanto entrenadores como jugadores se comportan de manera muy profesional. No sólo hacia mi figura, sino hacia la de todos mis compañeros con los que comparto categoría”.

Tanto Susana como Esperanza han compartido protagonismo sobre la cancha arbitrando mano a mano encuentros correspondientes a Campeonatos de España, Liga Femenina y Adecco Plata, un hecho que podría producirse muy pronto en una Adecco Oro en la que se asientan profesionalmente demostrando su valía.